La formación de Salvador Illa dispara su número de escaños hasta 33, 17 más que en 2017, y se iguala en diputados con Esquerra Republicana, que obtiene 48.000 votos menos que el PSC
Cuando Pedro Sánchez presentó a Salvador Illa como candidato a presidir la Generalitat por el PSC tenía un objetivo claro: aprovechar el tirón del ya exministro y despertar al socialismo catalán. Y así ha sido. Las encuestas no se equivocaban, y aunque predecían unos resultados ajustados, la formación socialista ha conseguido ser el partido con mayor representación parlamentaria a costa de la debacle anunciada de Ciudadanos, que perdió 30 de los 36 escaños que tenía, y el ligero descenso del PP, que perdió uno de los 4, a pesar de sus intentos de mantenerse. Mientras tanto, Vox se alza como uno de los grandes vencedores, irrumpiendo con 11 escaños, y postulando a Ignacio Garriga como el nuevo referente del constitucionalismo catalán.
Por su parte, el independentismo consigue reafirmarse con el 50,9% de los votos totales, alzando a Esquerra Republicana y Junts hasta pisarle los talones al PSC con 33 y 32 escaños respectivamente, y a la CUP hasta los 11, 5 más que en la anterior cita electoral. En Comú Podem también celebró los 8 diputados que ha conseguido conservar después de varias semanas de bajadas en las encuestas, posición que convierte a los comunes de Albiach en una pieza clave para la formación de Gobierno de ambos bloques. La pérdida de apoyos la sufrió el PDeCat, que se quedó sin representación parlamentaria al no superar el 3% de los votos requeridos.

Unas elecciones marcadas por el Covid
La jornada electoral trascurrió con total normalidad en la mayoría de los lugares habilitados para la votación, aunque el hecho de que los electores tuvieran que esperar la cola en el exterior del recinto como medida de prevención de contagio en un día especialmente lluvioso, hizo que para muchos fuera “un sinsentido”, ya que “la gente se apelotonaba en la puerta para no mojarse”. Entre otros motivos, se tradujo en una bajada generalizada de la participación que el voto por correo no pudo salvar y que descendió un 25,54% hasta 53,55 %, la cifra más baja registrada en unas elecciones autonómicas catalanas en democracia.

Como adelantamos el viernes, la de ayer se trataba de una jornada histórica electoralmente hablando, marcada por la incidencia del virus, y el hecho de que los contagiados y sus contactos estrechos fueran también llamados a las urnas. En efecto, lo hicieron a última hora, momento en el que los conformantes de las mesas tuvieron que vestirse con EPIs para garantizar su seguridad.
El nuevo horizonte de pactos
A partir de hoy, los partidos deberán comenzar las rondas de contactos para intentar que salgan los números, aunque parece difícil barajar todas las opciones como posibles. Con los resultados de ayer no podrá ser efectivo un pacto liderado por Illa entre los constitucionalistas ante la insuficiencia de escaños, 53 frente a los 68 necesarios, ni uno que mantenga el actual Govern liderado por Pere Aragonès y formado por ERC y Junts, a falta de 3. Por lo tanto, los líderes de los dos partidos con mayor representación deberán buscar nuevas fórmulas que hagan gobernable un panorama nada favorecedor para el ala más moderada del no a la independencia, que presumiblemente se mantendrá en la oposición.
Para Illa no será fácil convencer a Esquerra de conformar junto a En Comú Podem un tripartito de izquierdas que Aragonès ya adelantó en campaña no contemplar, y a su vez, éste deberá decidir si podrá sentarse con su eterno rival, JXCat, e incluir a la CUP en un posible pacto independentista que vuelva a situar al procés y a la amnistía entre las prioridades del nuevo Govern. Ambas posibilidades suman 74 escaños, por lo que resultan factibles a priori, pero deben contemplar sí o sí o que el líder de Esquerra se desdiga y apoye a Illa, y que éste se posicionara a favor de investirle en el caso de que así lo concuerden, o que los dos partidos líderes soberanistas hagan por entenderse. En sus respectivos discursos valorativos una vez conocidos los resultados, ambos confirmaron que se presentarán a la investidura y que están abiertos a negociar, por lo que las siguientes semanas serán fundamentales para saber cómo quedará pintado el nuevo escenario político catalán tras este 14F.
Podría interesarte:
- Cataluña se prepara para unas elecciones autonómicas marcadas por la crispación política y el impacto de la tercera ola
- Si la tendencia descendente continúa en Madrid, el toque de queda pasará a las 23 horas el jueves
- Madrid también empleará grandes recintos para vacunar masivamente
- España recibirá más dosis de AstraZeneca y mantiene el rango de 18 a 55 años

Para comentar debe estar registrado.