Comienza el calendario anual de premios cinematográficos con la celebración de la entrega de los Premios José María Forqué. Desde el Palacio de Congresos de Madrid, y retransmitida por TVE hemos asistido a la ceremonia de entrega de unos premios que nacieron modestamente hace ya veintiséis años y que se han consolidado como la primera gran cita anual de nuestro cine.

En la primera gala de este premio se celebró en el Ateneo de Madrid en abril de 1996: “Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto”, dirigida por Agustín Díaz Yanes. Desde entonces, no ha faltado a su cita anual con  representantes del sector cinematográfico, cultural y político y acercándose también al público de Sevilla y Zaragoza recientemente.

Estos reconocimientos fueron creados por EGEDA, (Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales), que  representa y defiende los intereses de los productores audiovisuales  derivados de los derechos reconocidos y protegidos por la legislación de Propiedad Intelectual. Son los socios de esta entidad los protagonistas en la votación de estos galardones, cuyo objetivo es la difusión de la importancia de la industria española impulsando la figura del productor cinematográfico.

Este año, excepcionalmente, debido a la pandemia, además de las películas estrenadas en salas durante el pasado año, se han valorado aquellas cuyo estreno tuvo lugar a través de cadenas de televisión, plataformas o vídeo bajo demanda. También, adaptándose a los tiempos que corren se ha premiado la mejor serie. Presentada por Miguel Ángel Muñoz y Aitana Sánchez Gijón, la gala ha sido un homenaje a la sociedad española en este difícil año 2020 asolada por la pandemia de la Covid-19. Así, han colaborado en la entrega de las esculturas representantes de nuestra sociedad, héroes de la pandemia: una sanitaria, un empleado de limpieza, un transportista, un cocinero, una cabo de la UME, un policía municipal, una trabajadora de supermercado, una superviviente de la enfermedad o un profesor que hizo entrega del premio Cine y educación en valores a la cinta “Uno para todos”.

Por primera vez se premiaban las series: Ganó “Antidisturbios”, dirigida por Sorogoyen. La interpretación femenina de serie fue para Elena Irureta, (“Patria”) y la mejor interpretación masculina de serie, para Hovic Keuchkerian, quien hizo levantarse a todos los asistentes pidiendo un minuto de silencio por las víctimas de la pandemia. La ceremonia finalizó con la proclamación de “Las niñas”, dirigida por Pilar Palomero, como mejor largometraje del año. Enrique Cerezo, presidente de EGEDA, entregó la Medalla de Oro, que premia una trayectoria cinematográfica, a Beatriz de la Gándara y Fernando Colomo. 

Otros premios fueron: Mejor intérprete masculino, Javier Cámara (“Sentimental”); mejor interpretación femenina, Patricia López Arnáiz por “Ane”. El mejor largometraje latinoamericano fue para la premiada en Venecia, “Nuevo orden”. Por último, los premios a mejor documental y cortometraje los recibieron “El año del descubrimiento” y “Yalla”, respectivamente. 

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