Yimayri Figueroa, del Grupo Biológico Biomundi, nos comparte este artículo para continuar con las acciones de divulgación y concienciación que se intentan reforzar en el mes de los Océanos que se celebra cada septiembre.
El océano es una masa continua de agua salada que cubre más del 70% de la superficie de la Tierra y representa el 99% de la superficie habitable del planeta en volumen.
Las corrientes oceánicas rigen las condiciones meteorológicas del mundo.
Los humanos dependen de estas prolíferas aguas para su supervivencia, pero el calentamiento global, la contaminación y la pesca excesiva están dañando gravemente los océanos y dejándolos vacíos.
Océanos y su función
El planeta cuenta con 5 océanos, que se clasifican en tres grandes: Atlántico, Índico y Pacífico; y dos menores: Ártico y Antártico, delimitados parcialmente por la forma de los continentes y archipiélagos.

El Océano Pacífico es el mayor de todos y el más profundo con 10.924 metros de profundidad. Le sigue el Atlántico con 9.219 metros y el Índico con 7.455 metros.
Los océanos contienen cerca de 200.000 especies identificadas, pero las cifras reales pueden ser bastante superiores debido a todos los organismos que todavía no han sido reportados.
Más de 3.000 millones de personas dependen de los océanos y su biodiversidad marina y costera para su sustento.
También destaca que los océanos absorben alrededor del 30% del dióxido de carbono producido por los humanos, amortiguando los impactos del calentamiento global.
Afloramiento de nutrientes en el Golfo de Panamá
Un proceso importante que ocurre en las aguas del golfo de Panamá, como en otros lugares del mundo, es el llamado afloramiento.
Debido a los fuertes vientos del verano, éstos se llevan el agua cálida mar adentro y emerge desde la profundidad la masa de agua fría.
Esta masa de agua viene cargada de nutrientes que activan la cadena alimenticia en el mar.
Este fenómeno tiene una gran importancia, ya que, gracias a las aguas ricas en nutrientes, se produce una alta productividad tanto ecológica, como económica por el aumento de la pesca.

Impactos que sufren los océanos
Sin embargo, incluso con estos afloramientos y gran cantidad de alimento de la que disponen todas las especies marinas, la biodiversidad no deja de mermar a grandes velocidades.
Con la sobrepesca tan incontrolada que se lleva a cabo hoy en día matamos mucho más rápido de lo que los océanos y la naturaleza pueden crear.
Y a esto hay que añadirle el problema de la contaminación marina.
Según un reporte de National Geographic algunos de los contaminantes más comunes derivados de la actividad humana son los plaguicidas, herbicidas, fertilizantes químicos, detergentes, hidrocarburos, aguas residuales, plásticos y otros sólidos.
Los contaminantes químicos se acumulan en las profundidades del océano, donde son ingeridos por pequeños organismos marinos a través de los cuales se introducen en la cadena alimentaria global.
Muchos de estos contaminantes químicos que encontramos en los océanos son liberados en el medio ambiente mucho antes de llegar a las costas.
Los plaguicidas que utilizan los productores agrícolas en zonas de interior, acaban en las corrientes, ríos y aguas subterráneas locales, y más tarde se depositan en los estuarios, bahías y deltas, matando o dañando la biodiversidad acuática.
Poniendo otro ejemplo, los fertilizantes ricos en nitrógeno que igualmente llegan por escorrentía a los ríos y océanos causan un exceso de nutrientes que puede provocar un crecimiento masivo de algas.
Este exceso de algas consume el oxígeno del agua, acabando con la vida marina.
Los científicos incluso han descubierto que los medicamentos que ingiere el hombre y que no llegan a ser procesados completamente por su organismo acaban en el pescado que comemos.
Los contaminantes sólidos, como los plásticos (bolsas, bidones, espumas, etc.), son vertidos a los océanos desde tierra o desde barcos en el mar y acaban siendo ingeridos por animales de todos los tamaños, desde pequeños peces, moluscos o crustáceos, hasta tortugas marinas, aves o ballenas, con consecuencias desastrosas a menudo.
Las redes de pesca abandonadas permanecen a la deriva durante años, y muchos peces y mamíferos acaban enredados en ellas.
En algunas regiones, las corrientes oceánicas arrastran billones de objetos de plástico en descomposición y otros residuos hasta formar remolinos gigantescos de basura.
Uno de ellos, situado en el Pacífico septentrional y conocido como el Gran Parche de Basura del Pacífico, tiene una extensión que según las estimaciones llevadas a cabo duplica la del estado de Texas.
Actualmente se conocen, al menos, 7 grandes islas de basura en los océanos.
Pero eso no es todo, también existe la contaminación acústica, muy poco conocida, pero con consecuencias también graves.
La presencia cada vez mayor de sonidos de gran potencia o constantes procedentes de barcos, sónares, o instalaciones petrolíferas pueden alterar los patrones de migración, comunicación, caza y reproducción de muchos animales marinos, en especial de mamíferos como la ballena y el delfín.
Objetivos en el mes de los océanos
Algunas de las razones por las cuales se celebra el mes de los océanos, es para crear conciencia y educación ciudadana resaltando la gran importancia de éstos.
Los seres humanos dependemos de los océanos, ya que nos brindan recursos vitales como el oxígeno, alimento, regulación del clima, medicina, energía, materia prima, entretenimiento, etc.
Fundaciones como World Wide Fund for Nature (WWF) colaboran con pescadores, plantas de procesamiento, exportadores de mariscos, organizaciones de la sociedad civil y gobiernos para mejorar la sostenibilidad de las pesquerías, implementando Proyectos de Mejoramiento Pesquero (FIP por sus siglas en inglés).
Los FIP ayudan a las pesquerías a utilizar prácticas más sostenibles, minimizar los impactos ambientales y garantizar su gestión efectiva para que puedan cumplir con las normas del Marine Stewardship Council (Consejo Directivo Marino–MSC por sus siglas en inglés).
Esto incluye la concienciación, el fomento del interés en el proceso FIP/MSC, la introducción de nuevas tecnologías y mejores equipos de pesca, y el diseño de herramientas, como sistemas de rastreabilidad para ayudar a las pesquerías a cumplir las normas del MSC.
Finalmente hay que destacar que el Objetivo 14 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, es la Vida Submarina, con el que se busca proteger, conservar, mejorar y utilizar de manera sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos.
¡Conservar los océanos es nuestra prioridad!
Por un mundo lleno de vida.

También te podría interesar: