Los consejos de administración de CaixaBank y Bankia dieron su visto bueno a la fusión de ambas entidades, según informó ayer Europa Press.

La participación de CaixaBank será de un poco menos del 75%, mientras que Bankia conservará una participación ligeramente superior al 25%.

A través del FROB el Estado estará presente en el nuevo consejo de administración que estará compuesto por 15 miembros. La presidencia del grupo será asumida por José Ignacio Goirigolzarri, aunque con poderes limitados, quedando la gestión del grupo en manos de Gonzalo Gortazar.

Como resultado de esta fusión, la marca Bankia desaparece, pasando a denominarse el nuevo banco como CaixaBank, cuya sede social se quedará en Valencia.

El importe de los activos de la nueva marca es de 650.000 millones de euros, de los que CaixaBank aporta dos tercios. 

Quedan pendientes las juntas extraordinarias de accionistas por lo que si todo va bien y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) no ve problemas de competencia, el nuevo banco no se materializará antes de fin de año.

Como todas las fusiones, esta fusión bancaria, provocará un ajuste de plantilla. Se calcula que el recorte de plantilla llegará a los 7.000 empleados, y el de oficinas a las 1.500. Además, recordemos que el Estado sólo ha recuperado 3.000 millones de los 24.000 millones de ayudas que inyectó en Bankia.

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