La explosión que se produjo ayer en el puerto de Beirut, en el Líbano, ha dejado ya al menos 100 muertos y más de 4.000 heridos.

Un incendio en un almacén de explosivos del puerto generó la explosión que provocó una fuerte onda expansiva que ha llegado a afectar a kilómetros de distancia del lugar y que se ha podido ver en los distintos vídeos que circulan por las redes sociales.

La causa de la detonación fueron unas 2.750 toneladas de nitrato de amonio (fertilizantes no inflamables cuya detonación es posible en dosis medias y altas y si están en presencia de sustancias combustibles) que estaban almacenadas en el puerto, según explicó el primer ministro libanés, Hasan Diab.

El primer ministro del país criticó que el cargamento de nitrato de amonio se encontrara almacenado sin medidas de prevención durante más de seis años y añadió que los responsables de este fatídico suceso deberán “rendir cuentas” y pidió ayuda internacional para hacer frente a la situación.

Varios países y organizaciones como Francia o Israel han ofrecido ayuda humanitaria al país libanés. Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo en rueda de prensa que “parece que ha sido un ataque” ya que creen que la explosión no ha sido “el tipo de evento de una explosión industrial” y ha asegurado que Estados Unidos está preparado para ayudar al Líbano.

El trágico suceso ha dejado edificios derrumbados, gente atrapada por los escombros y los hospitales abarrotados de heridos. “Los hospitales de la capital están todos llenos de heridos”, dijo el ministro de Salud, Hamad Hassan.

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