Durante muchos años, ir a pasar el día al zoológico o al circo y poder observar especies animales que nunca habías visto era una actividad educativa y de acercamiento a la naturaleza.

Pero, poco a poco, la conciencia y sensibilidad animal de la sociedad fue cambiando y poniendo en entredicho esta actividad “educativa”.

Más allá de ir un día a entretenerse observando a estos increíbles seres, se esconde su cruel y diaria realidad.

Una vida entera encarcelados, llena de tristeza y en muchas ocasiones con numerosos problemas de salud derivados de su encerramiento.

Condiciones de vida pésimas fuera de sus hábitats, enjaulados en ínfimos espacios, muchas veces de cemento, sin vegetación ni otros animales con los que interactuar,  con condiciones climáticas y ambientales totalmente distintas a las que están acostumbrados, sin moverse, con una alimentación no siempre adecuada y muchas veces sometidos a duros entrenamientos, castigos y maltrato para que actúen en shows.

Simios, jirafas, leones, osos, pandas, rapaces, loros, tucanes, guacamayos y toda clase de aves, serpientes, elefantes, tigres, hipopótamos, pumas, capibaras, pingüinos, canguros, tiburones, orcas, delfines, distintas clases de peces y un sin fín de especies más siguen siendo víctimas de esta cruel actividad humana con el afán de poseer, controlar y utilizar los animales para nuestro disfrute, sin pensar en ellos.

Se les arrebata de su hábitat y su familia, muchas veces desde crías y se les esclaviza.

Cuando vimos la película “Liberar a Willy” (“Free Willy” en su versión original), todos nos enamoramos de aquella orca y del chico que la liberaba del cautiverio pero, ¿qué estaba pasando detrás las cámaras? ¿Alguien pensó si de verdad esa orca había sido liberada o había sido otra víctima del encarcelamiento?

La historia de Keiko, la orca de “Free Willy”.

Como cuentan en el documental “Keiko, the untold story”, Keiko, la orca protagonista de “Salvar a Willy”, fue capturado y arrebatado de su familia  a una edad tan temprana, que todavía no sabía valerse por él mismo. 

Keiko, que significa afortunado, obtuvo ese nombre por ser el elegido para grabar la película.

Sin embargo, fue una gran sacudida cuando se descubrió que Keiko no era libre. Peor aún, su salud se deterioraba constantemente después de 11 años de doloroso confinamiento en un tanque diseñado para delfines.

Piscina diseñada para delfines en la que vivió Keiko durante 16 años. Foto de Joshua Records, LLD, 2010.
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“Cuando Warner Brothers hizo la película, Keiko había crecido mucho. El tanque era como una piscina con una orca. No podía bucear en absoluto. Era tan largo y tan poco profundo, que cuando simplemente flotaba, su cola casi tocaba el fondo “, explica la Dra. Rose,  científica veterana de Humane Society International.

Infórmate 360 pudo entrevistar a Michael Parks, trabajador en el cuidado de Keiko durante los años posteriores a la película, para que nos contase su experiencia.

Michael nos cuenta que Keiko ya estaba muy enfermo durante la filmación de la película Free Willy. Sufría una enfermedad en la piel que estaba acabando con él. Los propietarios se dieron cuenta de que moriría dentro de un año.

Acostumbrado a las aguas heladas del Atlántico Norte, Keiko también sufría la exposición constante a temperaturas muy superiores a las que su especie normalmente toleraba. “Lo estaban llenando solo con agua del grifo, que estaba fuertemente clorada. Además, no había enfriadores. Las orcas viven en agua de 4 a 10 grados Celsius ”, dice Mark Berman, de Free Willy-Keiko Foundation. “Tenían que traer continuamente bolsas de sal y simplemente tirarlas, para tratar de que fuera similar al océano, lo que, por supuesto, es imposible. Hay todo tipo de nutrientes en el océano “.

A medida que aumentaba la protesta, representantes de varias organizaciones, se reunieron con los propietarios del parque temático Reino Aventura en la Ciudad de México, donde Keiko estaba confinado. 

Finalmente valoraron la opción de devolver a Keiko a su hábitat nativo y el parque acuático de Reino Aventura donó la ballena a la recién fundada Free Willy-Keiko Foundation, formada por el Earth Island Institute. Al mismo tiempo, el acuario de la Costa de Oregón acordó construir una nueva instalación de última generación para servir como estación de paso y permitir que Keiko recuperase su salud antes de regresar a la naturaleza.

“Los mismos actores y actrices de la película se enamoraron de Keiko y querían ayudarle. Juntaron grandes cantidades de dinero para poder sacarle de las colinas de Ciudad de México y llevarlo a Oregón, justo al borde del Océano Pacífico, donde pudo comenzar a adaptarse al agua de mar y al pescado fresco”, nos cuenta Michael.

Keiko fue trasladado por avión a su nuevo hogar en Oregón. Tras dos años y medio de rehabilitación y diversos estudios médicos, se declaró que Keiko era lo suficientemente sano y rápido para su puesta en libertad y fue trasladado a la bahía de Klettsvik, en Islandia, donde había sido capturado 19 años antes.

Cuando le trasladaron a Islandia, Michael estaba ahí para recibirlo. Él y el resto del equipo de operaciones marinas llevaban 4 meses en Islandia preparando su llegada. 

Parte del traslado de Keiko a su nuevo hogar. Imagen cedida por Michael Parks.
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Era su primera vez en el medio natural, en un refugio específicamente construido para él y para poder seguir entrenando para la vida en libertad.

Aquí continuó su rehabilitación con mucha más autonomía, durante 5 años más, en un recinto vallado dentro de la bahía, con un tamaño de 22 campos de fútbol y una profundidad de hasta 15 metros, que le daba la oportunidad de entrenar su buceo y se le enseñó a ignorar al resto de los barcos.

Keiko ya estaba preparado para ser libre. Nunca se había reintroducido una orca al medio natural y no sabían cómo se defendería. 

Keiko preparado para ser libre. Imagen de Chuck Davis / Tidal Flats, Ltd.
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En 2002, Keiko fue oficialmente liberado en las costas de Islandia, en el mismo lugar donde 23 años antes había sido capturado, pasando a ser la primera -y única- orca en cautiverio que retorna a su hábitat natural. 

Se le instaló un chip transmisor satelital con el que se monitoreaban sus movimientos y ubicaciones.

Finalmente Keiko consiguió pasar su último año de vida en plena naturaleza. nadó desde Islandia unos 1.400 kilómetros con varios grupos de ballenas salvajes, hasta la costa de Noruega. Keiko nadaba junto con otras orcas, desde distancias de 100 y 300 metros, pero no pudo integrarse en un grupo. 

Como nos dijo Michael Parks: 

“Keiko fue una desafortunada víctima de la industria del cautiverio ”.

“Las orcas hacen mucho dinero para la industria del cautiverio. Keiko fue secuestrada cuando tenía 2 años. Pronto fue vendido a la industria del cautiverio y estos “dueños” de mamíferos marinos no tienen ningún interés de devolver a ninguno de sus prisioneros a la naturaleza. Sin esos animales exóticos para comercializar, no se harían ricos.”

“Las leyes internacionales deben cambiar “. 

“La industria del cautiverio (los parques acuáticos) se posicionó totalmente en contra de su liberación porque sabían que de ser factible, habría una gran presión pública y apoyo a la liberación de más orcas, lo que supondría una gran pérdida de dinero para ellos.”

De hecho, la cuestión de si la misión fue exitosa o no continúa alimentando el debate sobre el destino de las otras 42 orcas aún en cautiverio en los EE. UU., Argentina, Canadá, Francia, Japón y España. 

“Keiko aprendió a seguir a otros mamíferos marinos y a alimentarse en la naturaleza, zigzagueando entre bancos de capelán, arenque y otro tipo de peces en los que se basa de su alimentación”.

“Lo hizo durante un mes cruzando 1.480 km del Atlántico Norte hacia Noruega. Llegó a Noruega con las mismas medidas de circunferencia, con los ojos muy abiertos, alerta y con energía para arder “.

“Eso puede significar que si Keiko hubiera tenido más tiempo podría haber aprendido sobre la complicada estructura social de las orcas, el trabajo en equipo para la caza cooperativa, su sofisticada cultura que han desarrollado durante miles de años y, quizás, una madre tolerante podría haberlo aceptado en su familia “.

“No me gusta que la industria del cautiverio bombardeara a la prensa con esa breve declaración menos que adecuada de –la Reintroducción a la vida salvaje no tuvo éxito-”. 

“ Es cierto que Keiko no aprendió a vivir en familia, pero hay muchos más elementos que tuvieron éxito en el proyecto y Keiko estuvo más de 6 años fuera de un tanque de hormigón. ¡Keiko fue un campeón!”.

Como dijeron los expertos en orcas, la Dra. Naomi Rose, científica sénior de Humane Society International, y el fundador de OrcaLab, el Dr. Paul Spong, neurocientífico y cetólogo que ha estado a la vanguardia de la investigación en orcas desde 1967: 

“Con su localizador sabíamos dónde estaba y podíamos responder a lo que necesitase.”

“Alargamos su vida más allá de Oregón. En la Ciudad de México, le habría quedado uno o un año y medio. Es importante que la gente entienda exactamente lo que realmente sucedió.”

“Está muy claro que las orcas no son adecuadas para una vida en cautiverio, es algo terrible hacerle esto a este increíble animal. Keiko nunca conoció a su familia, y su éxito fue en última instancia limitado, pero creo que logró cosas asombrosas dado su origen.” 

“De hecho, una parte del legado perdurable de Keiko -agrega Spong- son las restricciones que impiden la captura de orcas en muchos lugares del mundo. Entre ellos, las capturas en Islandia se detuvieron y es prácticamente seguro que no volverán a comenzar”.

Aprendizaje y conciencia

Con esta historia se demuestra que los animales salvajes no pueden vivir en cautiverio y que, individuos de algunas especies, que viven cierto tiempo en cautividad, tienen la capacidad de volver a adaptarse a su medio natural con tiempo, trabajo y seguimiento.

Por eso, cada vez más conseguimos ver las prohibiciones de zoológicos, parques acuáticos y circos con animales, que ya se extiende en numerosas ciudades y países alrededor del mundo.

El enfoque ha cambiado bastante y los niños pueden seguir disfrutando de centros en los que ver animales salvajes, que en su día a día no pueden ver.

Estos son los llamados “santuarios de animales” o “centros de rescate” que nada que ver tienen con los zoológicos o circos de animales.

Chimpancé abrazando a una cría de tigre blanco: Imagen de PHB2.
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Estos refugios son centros especializados en la recepción de animales salvajes que han sido encontrados heridos, por causas humanas o naturales, y se llevan a estos centros especializados con el fin de curarles y rehabilitarles para poder devolverles al medio natural, o si, en última instancia esto no fuera posible, darle una calidad de vida lo más óptima y parecida a su vida salvaje posible, con grandes instalaciones y profesionales especializados para ello.

Santuario de elefantes Tailandia. Imagen de ploypemuk, shutterstock.
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Santuario de animales domésticos Fundación Gaia, España. Imagen del Santuario Gaia.
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Hay santuarios especializados para rapaces, monos, tortugas marinas, jaguares, linces, animales domésticos, etc. Sin embargo, es interesante destacar que continúa sin haber un santuario de orcas en el mundo. 

Esperemos que el santuario de orcas pronto sea una realidad con el proyecto de santuario de ballenas –The Whale Sanctuary Project– que personas como Michael Parks, la Dra.Naomi Rose, o Jean-Michel Cousteau, están llevando a cabo para ballenas (incluidas las orcas), marsopas y delfines en América del Norte.

Algunos ejemplos de santuarios o centros de rescate animal que existen en el mundo son: 

Igualmente, para los animales domésticos también están los ‘refugios de animales’ o ‘protectoras de animales’ que suelen estar más especializados en este tipo de animales.

Si en algún momento estáis preparados para incorporar a un nuevo miembro perruno o gatuno en la familia, os animamos a que os acerqueis a estos refugios o protectoras a adoptarlo.

Protectora de animales Huellas Dos Torres, Córdoba. Imagen de Huellas Dos Torres.
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Además, muchos de los santuarios, centros de rescate o refugios ofrecen multitud de actividades de educación ambiental, charlas, talleres, días con animales, excursiones. 

Os invitamos a que busquéis información sobre estos centros en su región y participéis en la conservación y protección de la fauna y en la defensa de una vida libre, sin circos con animales, zoológicos o acuarios, que no sean con fines de rehabilitación.

Por el cierre definitivo de todos los zoológicos, parques acuáticos y circos con animales, en el mundo.

Por un mundo de respeto animal.

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