Hoy hace ya un año que nos dejó Jiri Srnec. Ya no contaremos con su asistencia anónima. Inolvidable era la presencia del director con su melena blanca, que asiduamente acudía al espectáculo y se sentaba entre el público, charlando amablemente con algún espectador al final de la función. Aunque son varios los espectáculos de Teatro Negro a los que se puede asistir si visitas Praga, el pequeño Teatro Negro de Luz Srnec tiene un encanto especial. Situado en la zona de Nove Mesto, con un aforo que no llega al centenar de personas, en esta sala familiar puedes asistir a una experiencia imprescindible.
El Teatro Negro de Praga, como su nombre indica, se caracteriza por desarrollarse en un escenario negro, a oscuras. Originario de la antigua China, llegó a Europa a finales del siglo XIX, y en la década de los cincuenta del pasado siglo, a la región de Bohemia, de la mano del francés Georges Lafaille. En 1959 Josef Lamka y su esposa Hana formaron la primera compañía de Teatro Negro en Praga; de allí saldría Jiri Srnec, que creó en 1961 su Teatro de Luz Negra. Desde su éxito en el verano de 1962 en el Festival Internacional de Edimburgo, la compañía de Srnec no ha dejado de triunfar, actuando en más de sesenta países por todo el mundo. Más de cinco millones de espectadores han disfrutado de su trabajo, trabajo que ha sido galardonado con numerosos premios, como, por citar uno, la Medalla al Mérito y la Cultura y el Arte en 2011.
Actores vestidos de negro sobre un fondo negro mueven todo tipo de objetos y personajes que sólo son visibles para el espectador gracias a la iluminación ultravioleta. Objetos y personajes vuelan por el escenario acompañados de música y otros recursos trasladándonos a un mundo de ilusión.
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