La cultura en tiempos de la Covid-19

El impacto de la pandemia en el sector cultural se ha sentido en todo el mundo.

Murmullo de voces entre los espectadores cinco minutos antes de la función. Apagamos nuestros móviles deseando que los asientos de la derecha no sean de la típica pareja que llega tarde. Pero justo en el momento en que las luces se van atenuando los vemos entrar por la puerta. Nos levantamos para dejarles paso con un suspiro. El pasillo, ya a oscuras, es estrecho como para que puedan saltar nuestras rodillas. Nos cuesta vernos mientras cruzan hacia sus butacas, el roce es inevitable. Luego, los olvidamos. Silencio. Se abre el telón. Los actores salen al escenario. Contenemos el aliento.

Hace un año la normalidad era eso, normalidad, sin ningún adjetivo. Esa que hoy nos parece inaccesible y que nos permitía ir al cine, al teatro, al museo, a un concierto de nuestro grupo favorito sin mantener las distancias, sin dejar asientos vacíos, sin mascarillas. Ahora echamos de menos ese vínculo que por unos minutos nos concentraba en un solo lugar y por una misma razón a cientos de personas con orígenes y circunstancias diferentes: la cultura.

Aunque uno puede disfrutar, afortunadamente, de la cultura en otros formatos; el vínculo mágico de ese instante de silencio previo a un espectáculo es incomparable. Desgraciadamente, la crisis sanitaria que sufrimos nos ha privado de estos y otros muchos momentos para la gran mayoría. Aunque muchas salas de arte, librerías y exposiciones siguen abiertas; el miedo al contagio nos paraliza. Muchas personas que antes disfrutaban del arte se auto confinan, especialmente los que se sienten más vulnerables: nuestros mayores.

Pero la cultura no es un lujo destinado a unos cuantos privilegiados. Las creaciones artísticas nos permiten cambiar el foco, romper con la rutina, sensibilizarnos, empatizar, viajar a otros lugares sin movernos del sitio. La cultura es, a veces, la única forma de vivir la diversidad que nos rodea. En el mundo abstracto, las creencias limitantes desaparecen y podemos ver a los otros como lo que son: seres humanos como nosotros. En este mundo cada vez más polarizado, lo que no nos podemos permitir es el lujo de vivir sin ella.

Cultura y Covid-19

Sitios de Patrimonio Mundial vacíos, eventos culturales cancelados, instituciones culturales cerradas, prácticas culturales comunitarias suspendidas, aumento del riesgo de saqueo de sitios culturales y de caza furtiva en sitios naturales, artistas en situación de precariedad económica y el sector del turismo cultural gravemente afectado… El impacto del COVID-19 en el sector cultural se ha sentido, se siente, en todo el mundo.

Como indica la UNESCO, este impacto no es sólo sanitario; también es social, económico y político. Afecta al derecho fundamental de acceso a la cultura, a los derechos sociales de los artistas y profesionales culturales y a la protección de la diversidad de las expresiones culturales. Pero no todo son malas noticias.

Durante el confinamiento se ha producido una aceleración sin precedentes en la digitalización del acceso a la cultura. Para asegurarlo, innumerables museos, galerías y bibliotecas han abierto metafóricamente sus puertas mediante visitas virtuales y han expandido el acceso a publicaciones digitales. Los teatros, óperas y salas de conciertos realizan transmisiones de actuaciones en vivo y los artistas individuales han conectado con sus fans desde sus salas de estar a través de las redes sociales.

Muchos Estados Miembros de la UNESCO también han encabezado una serie de iniciativas digitales, incluyendo la creación de plataformas para reunir los numerosos y diversos recursos disponibles por las instituciones culturales de sus países. Para apoyar a los artistas y garantizar el acceso a la cultura para todos, la UNESCO ha pedido a todos los artistas del mundo que se unan a ResiliArt. Esta plataforma tiene como objetivo garantizar que las conversaciones, el intercambio de datos y los esfuerzos de sensibilización continúen más allá de la pandemia.

Sin embargo, en muchas partes del mundo, las soluciones digitales todavía no son una opción. Se estima que 3.600 millones de personas se encuentran aun totalmente desconectadas, en particular en países en desarrollo. En algunos países, la cobertura digital alcanza alrededor del 35%, lo que significa que dos de cada tres personas no tienen acceso a contenidos en línea. Por ejemplo, los países del África oriental informan que sus museos tienen muy poca presencia en línea. Los medios de comunicación tradicionales, como la radio, la televisión y la prensa local, deben ser, por lo tanto, una parte vital de la respuesta.

Mensaje CMT

Congregación Mariana Trinitaria, a través de la Cadena de Arte, Cultura, Deporte y Juventud, proporciona un conjunto de apoyos y soluciones integrales para la construcción, promoción y/o equipamiento de centros culturales, artísticos y deportivos, así como oportunidades para el desarrollo integral de las juventudes, principalmente de aquellas en situación de vulnerabilidad.

Ya estamos trabajando para que, tan pronto los estudiantes puedan volver a la escuela física -en México siguen las lecciones por la televisión-, todas nuestras instalaciones cumplan con los máximos estándares de seguridad recomendados por la OMS.

Para los que vivís en la península ibérica, os proponemos una cita cultural con nuestro país. Casa México, con sede en Madrid, tiene abiertas sus puertas con múltiples actividades culturales para las personas que se hayan quedado con las ganas de cruzar el charco este año, incluyendo nuestro evento más popular (y de acceso gratuito): el Altar de Muertos.