El candidato demócrata, Joe Biden, ha ganado las elecciones estadounidenses, después de más de tres días de incertidumbre con unas votaciones muy reñidas y polémicas que le han posicionado como el presidente más votado de la historia del país con más de 74 millones de votos.

Un total de 160 millones de personas han votado, según el Washington Post, conformándose la mayor participación en las elecciones presidenciales en los últimos 120 años.

Pensilvania ha dado un vuelco en las últimas horas y ha acabado siendo el Estado que le ha dado la victoria a Joe Biden con 279 delegados frente a los 213 de Donald Trump. Este Estado (20 delegados) junto a Wisconsin (10) y Michigan (11) conforman el denominado «Cinturón de Óxido», que finalmente se han decantado por los demócratas. Estos Estados eran tradicionalmente demócratas pero en las últimas elecciones de 2016 votaron republicano.

Aún faltan por conocer los resultados en Arizona (11 electores) que proyectan una victoria para Biden y Carolina del Norte (15) y Alaska (3) para Trump.

La gran sorpresa fue el estado de Georgia (16), tradicionalmente republicano (no gana un demócrata desde 1992), en el que Donald Trump iba ganando hasta el último momento cuando Biden se puso a la cabeza. Aún se desconocen los resultados definitivos pero con un 99 % escrutado y un punto de diferencia según las proyecciones, el Estado se teñiría de azul. En Georgia se hará recuento de votos como explica la ley, al haber tan poco margen de un candidato a otro.

Con estos resultados se cumple el vaticinio del gurú de las elecciones estadounidenses, Allan Lichtman, que ya predijo la victoria de Biden basándose en 13 claves.

Diferencias entre voto popular y voto electoral

Recordemos que hay que diferenciar entre los votos populares y los electorales; los primeros son las personas que votan por la lista de electores nominados de un partido en cada Estado; mientras que los votos electorales son el número de delegados del Colegio Electoral (538 en total) que se obtiene en un Estado por mayoría de votos hasta completar una mayoría de 270. Así ocurre en todos los Estados, salvo Nebraska (que ha dado cuatro votos a Trump y uno a Biden) y Maine (tres delegados han ido para Biden y uno para Trump).

Por esto, puede ocurrir como pasó en 2016, que un partido obtenga más votos populares, como fue el caso de Clinton que ganó con cerca de 3 millones más de estos votos. No obstante, ganó por votos electorales el otro candidato y así fue la forma en que Trump llegó al poder.

Alivio internacional

La victoria del demócrata parece provocar un alivio entre las potencias internacionales, ya que a diferencia de su contrincante, Biden aboga por el multilateralismo, volver a la UNESCO y a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y acercarse a la Unión Europea (UE) y hacer así, frente a China.

Asimismo, la llegada de Biden a la Casa Blanca, conforma un triunfo para la lucha contra el cambio climático, ya que se ha comprometido a reincorporar Estados Unidos al Acuerdo de París, del que hace unos días se hizo efectiva su salida tras la decisión de la Administración Trump.

Trump peleará con uñas y dientes para mantenerse en la Casa Blanca

El republicano celebró su victoria demasiado pronto. El presidente ha denunciado, sin fundamento, «fraude» en las elecciones, alegando que en Estados en los que iba ganando aparecieron papeletas «sorpresa» demócratas. Sin embargo, hay que aclarar que en algunos Estados, han dejado el recuento de votos por correo, (muy criticados por Trump, ya que la mayoría de los votos demócratas lo hicieron por correo), para el final; esto explica el aumento de votos final para Biden.

En la madrugada de ayer, varias cadenas estadounidenses entre las que se encuentran NBC, ABC y CBS, interrumpieron la transmisión del discurso del presidente por socavar la integridad del sistema electoral del país, al decir que de acuerdo con los «votos legales» él cree que gana. Hecho que llevó a estas cadenas a cortar la transmisión ya que estas alegaciones de Trump no tienen fundamento.

No obstante, el presidente está utilizando Twitter para hacer llegar sus mensajes de denuncia, hecho que ha llevado a la red social a aplicar etiquetas de advertencia sobre el contenido. Según publica la CNN, más de un tercio de los tuits de Trump han recibido estas etiquetas de desinformación desde que cerraron los últimos colegios electorales.

Y es que la Comisión Federal Electoral de Estados Unidos no ha percibido ningún indicio de fraude, según han explicado a la CNN. «No hay pruebas de fraude ni de que hayan sido depositados votos ilegales», explicó a este medio la comisaria electoral, del partido Demócrata, Ellen Weintraub.

El director de la campaña de Donald Trump, Bill Stepien, pidió a los tribunales que detuvieran el recuento de votos en Michigan, pero los tribunales lo han desestimado, según avanzó Reuters. Así, Stepien pedirá el recuento de votos tanto en Michigan como en Wisconsin. Entre las amenazas del republicano estaba la de suspender el escrutinio.

El republicano no quiere dejar la presidencia, ya no sólo para hacer «America Great Again» sino también, para salvarse de las posibles responsabilidades legales que le acechan.

Él mismo debería aplicarse su lema de «ley y orden», ya que la fiscal general del estado de Nueva York, Letitia James, acusó a Trump por inflar sus activos para conceder préstamos y conseguir beneficios fiscales y económicos. Y es que también le busca el fiscal del distrito de Manhattan por sus posibles pagos (con dinero de campaña) a la actriz porno Stormy Daniels por silenciar su supuesta relación sexual con el presidente. Además, Trump debe al banco alemán, Deutsche Bank, 340 millones de dólares en préstamos con la Organización Trump.

Un país dividido

Estas elecciones han mostrado un país muy dividido y muchos han denominado estos comicios, no como una lucha entre republicanos y demócratas, sino como un referéndum a favor o en contra de Trump.

Los estadounidenses ya se han preparado por temor a posibles disturbios tras los resultados de estas elecciones tan disputadas.

No obstante, ya se han producido algunas concentraciones y disturbios de las dos partes en algunas ciudades del país, como en Phoenix (Arizona), Nueva York o Detroit (Michigan).

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