Mucho se ha escrito sobre cine y realidad, la realidad y el cine… Hoy me he pasado por la Glorieta de Santa María de la Cabeza. Quería comprobar que el sueño de Miguel Ángel Pérez – ese enamorado del cine, ése que ha aparecido estos días en todos los medios de comunicación, y no era para menos, ése que,  cuando acaban de derruir el Real Cinema en la Plaza de la Ópera, se ha empeñado en abrir un cine de barrio- era realidad. Y me he encontrado con la acera cortada y llena de personal de emergencias.

Vista de la fachada del cine Embajadores acordonado // Infórmate 360

La realidad es terca, ya puso en peligro la aventura de Miguel Ángel con el confinamiento a causa de la crisis del covid-19. Del sótano del inmueble anexo ha salido una gran cantidad de humo negro y la policía ha acordonado la zona y no sabemos, mientras escribo estas líneas, cuándo las salas van a funcionar. La oscuridad en la que nos envolvió el humo negro del fuego, ese fuego que destruye el cinematógrafo en “Cinema Paradiso”, una de las películas programadas para hoy, pronto, estamos seguros, dejará paso a la oscuridad de los sueños de la sala de cine.

Mucha suerte, Miguel Ángel con tu cine Paraíso, perdón, Embajadores.

JMB

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